Los ataúdes ecológicos cada vez están más extendidos y son aquellos que se fabrican con materiales naturales que al descomponerse no dejan residuos contaminantes.
Los ataúdes ecológicos se pueden quemar junto al cuerpo si los familiares de la persona fallecida optan por la incineración o si así lo hubiera deseado el difunto, la gran ventaja es que para quemar estos ataúdes se utiliza la mitad de gas que para los tradicionales. Si en cambio se opta por el entierro convencional estos ataúdes se desintegrarán en unos meses.
Dentro de los ataúdes ecológicos hay una gran variedad de modelos y materiales como los ataúdes fabricados con mimbre o los ataúdes en forma de vaina, su característica común es que todos ellos son biodegradables.
Todos estos ataúdes suelen ser fáciles de montar y sin ni siquiera la necesidad del uso de herramientas. Están formados por piezas plásticas biodegradables y tienen un sistema de cierre de seguridad.
Además pueden transportarse de manera plegada y pesan poco comparado con los ataúdes tradicionales. Estos ataúdes han sido sometidos a un proceso de tratamiento para controlar los niveles de acidez de su interior y anular cualquier posible fuga que pueda derivarse de la descomposición del cuerpo.
Como no poseen metales ni barnices no contaminan el agua subterránea de los cementerios y a su vez pueden aprovecharse como nutrientes para la tierra. Para obtener las mismas cenizas que con un ataúd convencional se necesitará la mitad del gas y del tiempo, por lo tanto aportan mayor eficiencia.
Además de ataúdes ecológicos debido a que están teniendo éxito sobre todo en determinados países europeos también están surgiendo otros productos como urnas biodegradables, un velatorio ecológico o coches funerarios eléctricos. Las urnas biodegradables cada vez están más vistas son aquellas que están fabricadas con polímeros vegetales y que se descomponen con el agua o la humedad de la tierra.