Tras la muerte de un familiar o una persona querida suelen venir muchos interrogantes, pero hay que pensar e intentar actuar con claridad y llevar a cabo las gestiones que pese a que sean duras, son necesarias.
Una de las cosas que se hay que decidir es la forma de darle sepultura a la persona fallecida, y pueden ocurrir varios casos, que esa persona lo comunicara a los familiares o lo dejara indicado en su testamento, o bien que haya sido una muerte repentina y que sean los familiares, hijos o hermanos, los que tengan que tomar esa decisión. Ante este supuesto surge la pregunta de si es mejor ¿enterrar o incinerar?. Para decidirse es recomendable informarse sobre sus características y ver las diferencias existentes. Tradicionalmente siempre ha sido más habitual y convencional el entierro en la sociedad en un cementerio, generalmente en la localidad o municipio de origen del fallecido para que pueda ser visitado. En esta opción el cuerpo pasará por un proceso natural de descomposición progresiva, que es largo y varía en cada caso. El entierro se entiende como una ceremonia respetuosa para el descanso eterno del fallecido y para que pueda llegar a otros seres queridos que ya hayan fallecido.
Algunas familias deciden llegado un determinado momento comprar una parcela o reservar un nicho para los restos de varios familiares., además podrá elegir una lápida a su gusto o escribir unas palabras emotivas. Una de las ventajas de este rito es que permite mantener los restos y preservar así el ADN por si fuera necesario para algún estudio o por cualquier otro motivo. En líneas generales una de las diferencias más evidentes es que el entierro es más costoso que la cremación, por todos los trámites y servicios que requiere.
En este país la tendencia es el entierro tradicional pero la cremación se va incrementando año tras año, se trata de un proceso sencillo, rápido y más económico. Consiste en incinerar el cuerpo del difunto en un horno crematorio por medio de mecanismos como altas temperaturas, presión y vaporización que conseguirán desintegrar el cuerpo en tan solo unas horas.
Además es un sistema más respetuoso con el medio ambiente y ahorra espacio en los cementerios, podrá elegir entre guardar las cenizas en una urna que posean los familiares o tirar las cenizas donde desee.
Aunque sean momentos complicados es recomendable pararse a pensar y a charlar con los familiares antes de tomar la decisión definitiva, puede pedir consejo a los profesionales de las funerarias que están preparados para ello.