Las lápidas son de los elementos más relevantes en el ámbito funerario. Y los motivos son claros: se trata de una pieza que deberá servir como conmemoración a la persona fallecida, un elemento que habrá de ser muy resistente y aguantar el paso de muchos años.
Sea para nichos o para tumbas en suelo, la elección de la lápida es una de las decisiones más importantes por parte de los familiares.
Estos productos funerarios pueden clasificarse según tres criterios básicamente: su emplazamiento, estructura y materiales.
Respecto al emplazamiento, las lápidas para nichos serán mucho más pequeñas que las previstas para tumbas.
En cuanto a la forma, distinguiremos:
- Lápida vertical. Se trata de las lápidas más comunes. Se componen de una parte superior en vertical y una base, entre las dos formando un ángulo de 90 grados. La superficie vertical es donde suele inscribirse el nombre de la persona finada, fechas y otras frases o diseños.
- Lápida ledger. Es otro de los medios de dotar a la tumba de un elemento conmemorativo y elegante, aunque en este caso hablamos de una lápida de materiales espesos que cubren la tumba a lo largo y ancho. Es una de las alternativas más originales a las tradicionales lápidas verticales.
- Lápida inclinada. Frecuentemente este tipo de lápidas se ven en áreas de enterramiento familiares. Son cortas y de un respetable grosor, siendo su característica principal la inclinación del frontal, inclinación que en algunos casos también se presenta en el dorso. En ambos casos, el elemento reposa sobre una base de hormigón o granito.
- Lápida biselada. Tiene similitudes con la lápida vertical, aunque una de sus características más propias es el bisel y su colocación sobre una base a pocos centímetros del suelo.
Si clasificamos las lápidas en función del material, podemos encontrarnos con muchos diferentes, entre ellos incluso la madera. Sin embargo, este último y por su poca resistencia, no es utilizado en la mayor parte de los entierros hoy en día.
Nos ceñiremos, pues, a estos dos materiales: el granito y el mármol. Los materiales deben estar pensados para soportar el paso del tiempo y sobre todo, de las condiciones climáticas. Los rayos ultravioleta, el viento, la humedad, la lluvia… son factores negativos para materiales de poca resistencia.
- Mármol. Tal vez se trate del tipo de material más tradicional para lápidas. Su color claro y la elegancia que desprende esta piedra, la convierten en una de las preferidas como elemento conmemorativo para las personas fallecidas. Aunque como decimos, es de los materiales más clásicos en los cementerios, con el paso de los años ha ido sustituyéndolo en parte, el granito, otro de los materiales estrella cuando hablamos de lápidas para tumbas o nichos.
- Granito. Una de las características más llamativas del granito, es su enorme resistencia a los choques térmicos.
Es capaz de aguantar rangos de temperaturas de entre -30º C y 90º C. Una de las ventajas de las lápidas de granito con respecto a las de mármol, es que este último material se desgasta más y en menos tiempo.
Aparte, las inscripciones tienden a desaparecer o desdibujarse más pronto. El granito es, además, muy versátil desde el punto de vista estético, presentándose en múltiples variantes cromáticas: verdes, rojas, grises…
Las lápidas de granito pueden ser, a su vez, de varios estilos decorativos atendiendo a la estructura (como ya hemos señalado) o a otros factores.
En los catálogos de las empresas funerarias deben haber una oferta versátil y que cubra cualquier necesidad, tanto funcional como estética.
Habrá que disponer de placas de tipo minimalista, lápidas labradas, lápidas de granito con inscripciones en láser, estructuras de granito vaciado…
Un factor importante a la hora de elegir la lápida más adecuada, es el precio y el tamaño. Se dan casos de familiares que encargan productos de gran tamaño sin prever el espacio de que disponen en la unidad de enterramiento.
Es importante que, si los familiares o allegados desean monumentos especiales, se aseguren de que el área que les corresponde tiene el suficiente espacio.
Por otro lado, las inscripciones de estas estructuras podrán ser más o menos escuetas. A veces, se necesita una superficie lo bastante extensa si se desean inscribir poemas, por ejemplo, o letras de canciones.
La lápida será el elemento testimonial del recuerdo de la persona enterrada, por lo que en ella recaen muchos de los detalles testimoniales y ornamentales. Algo también muy propio de estos productos, son las flores.
Los complementos que deben incluir las lápidas deben estar preparados para que puedan colocarse ramos de flores y otros objetos y recordatorios.
Para salir de cualquier duda en cuanto a la elección de la lápida más adecuada para la unidad de enterramiento de su ser querido, contacte y pregunte a nuestros expertos de Funeraria Valencia.
A su disposición tiene un formulario desde donde podrá exponer todas sus dudas y preguntarnos lo que desee. También a través de nuestro teléfono podrá obtener todas las explicaciones que necesite, desde precios hasta servicios específicos.